Como todos sabemos, el hábito de fumar es nocivo, ya que provoca múltiples efectos perjudiciales en el organismo (cáncer de pulmón, de faringe, de laringe, impotencia, esterilidad, enfermedades cardiovasculares, etc.).
A pesar de todo ello fumar está muy extendido y arraigado a la sociedad, ya que no ha habido nunca demasiada concienciación del problema, hasta hace bien poco. Hoy en día el tabaco es la principal causa de perdida de salud y muerte prematura en los países industrializados y también en muchos en vías de desarrollo.
La incitación del hábito de fumar suele iniciarse cuando somos niños y tomamos conciencia de nuestro entorno, descubriendo que el tabaquismo esta muy extendido y que los adultos que nos rodean fuman. El modelo de padres fumadores ejerce sobre los niños pequeños una influencia que puede determinar la conducta futura con respecto al tabaco. Lógicamente si un niño ve fumar con naturalidad, difícilmente asumirá después que los adultos le prohíban el tabaco, aunque se le explique que es perjudicial. Posteriormente en la adolescencia otros modelos influyen sobre nosotros: compañeros, profesores, ídolos…. A todo ello hay que sumar la publicidad, directa o indirecta.
El humo procedente del tabaco contiene unas 4000 sustancias diferentes, pero vamos a destacar 4 tipos principalmente:
1.-Nicotina. Es la sustancia más genuina del tabaco, responsable del sabor y de la adicción. Se absorbe rápidamente en los pulmones y se distribuye por la sangre a todo el organismo. Altera el sistema nervioso, aumente la presión arterial, la frecuencia cardiaca, contrae los vasos sanguíneos, disminuyendo la irrigación de los tejidos, incremente la frecuencia respiratoria y modifica la secreción de varias hormonas.
2.-Monóxido de carbono. Es un gas toxico que forma el 36% del humo del tabaco. Dificulta el transporte de oxigeno en la sangre, favoreciendo las enfermedades cardiovasculares.
3.-Irritantes. Provocan diversos efectos perjudiciales sobre los bronquios: aumentan la secreción mucosa bronquial, contraen el diámetro de los bronquios, reducen la efectividad de los mecanismos que limpian las vías aéreas y estimulan la tos, favoreciendo múltiples procesos infecciosos.
4.-Alquitrán y cancerígenos. El alquitrán es un producto viscoso de color negruzco que provoca en nuestro cuerpo una acción cancerígena.
Un fumador puede recuperar sus posibilidades de disfrutar de buena salud, o de mejorarla al menos, si deja de fumar. Abandonar el tabaco significa suprimir un gran factor de riesgo, disminuyendo las posibilidades de enfermar y aumentando nuestra esperanza de vida. Evidentemente lo mejor es no incidirse en el hábito.
Para dejar de fumar es básica la motivación. El primer obstáculo puede ser la dependencia física, ya que la supresión brusca de la nicotina provoca un gran síndrome de abstinencia; también existe la dependencia psicológica, ya que el acto de fumar se asocia con numerosos momentos de la vida cotidiana, como después de comer, de desayunar, etc. El síndrome de abstinencia se caracteriza por malestar general, nerviosismo, mareos, nauseas, vómitos, sudoración, temblores e incluso lipotimias. Para minimizarlo podemos recurrir a los parches o chicles de nicotina, reduciendo poco a poco la dosis si no somos capaces de dejar el tabaco sin ayuda. Para la dependencia psicológica lo importante es motivarse y poner uno de su parte.
DEJAR DE FUMAR:
Existen 3 razones por las que se fuma: algunas personas lo hacen por hábito, otras por dependencia psicológica y los últimos porque son adictos a la nicotina, que viene a ser otra droga. Para dejar de fumar hay que tener bien claro por cual de estas tres razones se fuma.
Hábito.
Significa que se fuma debido a la conexión entre la persona y el cigarrillo, p.ej., cuando se toma un café, se tiene un fuerte hábito de fumar. Después de hacerlo varias veces se asocia tomar café y fumar, convirtiéndose en un hábito.
Dependencia psicológica.
Significa que se fuma debido a que se piensa que fumar es necesario para ayudar a desempeñar actividades cotidianas, como controlar la tensión, mitigar la soledad, o ampliar el placer. Cuando una persona tiene esta dependencia siente que no puede desempeñar este tipo de actividades sin fumar.
Adicción a la nicotina.
Significa que periódicamente se siente el deseo incontenible de fumar y que no se puede estar sin hacerlo por mucho tiempo.
Una forma para determinar el por qué fumamos es mantener un registro de nuestros hábitos de fumador durante 2 ó 3 días. Podemos registrar la hora en que fumamos, qué pasó antes, lo que sentimos y cuánto fumamos. Una vez que conozcamos la razón de nuestro hábito podemos decidir qué método será mejor para dejar de fumar:
A sangre fría.
Significa que dejamos de fumar repentinamente. Si fumamos 2 paquetes de tabaco diarios pasaremos directamente a no fumar nada. La mayoría de los ex fumadores usaron este método.
Disminuyendo.
Es una alternativa gradual para dejar de fumar. Contamos los cigarrillos, y fumamos un número predeterminado menos cada día. Es importante hacerlo en menos de dos semanas para llegar a cero cigarrillos diarios.
Posponiendo.
Posponemos la hora del día para empezar a fumar el primer cigarrillo. No necesitamos contarlos ni enfocar la cantidad diaria a fumar. Cada día empezamos a fumar una hora más tarde, hasta que lo dejemos por completo.
Cualquiera que sea el método escogido, es muy importante recordar que necesitamos seleccionar una fecha para dejar de fumar, y pensar en ella como nuestro primer día como un ex fumador.
Por Paco; interno de la UTE para la revista La Brújula
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